lunes, 18 de marzo de 2013

LAS MUJERES CANARIAS Y EL MAR




LAS   MUJERES   CANARIAS


Las   mujeres   canarias
cuando  nos   ponemos  tristes,
nos   vamos  hasta  la  playa
y  alli  nos  cura  el  salitre.


Por   la  suave  brisa   del  mar
de  nuestras   islas  Canarias,
nos   dejamos   acariciar
tendidas  en   nuestras  playas.


Así   nos   recuperamos
con   la   fuerza   que  da  el  sol,
por  eso  las  canarias   somos
¡mujeres  con  corazón!


Con  la  mirada   radiante
y  la  sonrisa  en  la  cara,
nuestra   figura  elegante
y  la   frente  despejada.


Volvemos  con  alegria,
con   ganas  y   diligencia,
con  esta  filosofía
no  hay  depresión  que  nos  venza.


Igual  que  vamos  al   mar
a  buscar  nuestra  alegría,
subimos  hasta  el  pinar
o  a  la  laurisilva  fria.


Los  bosques  con  su  verdor
dan  vida  a  nuestra  retina,
y  volvemos   sin  temor
a   retomar  la  rutina.


Así  es  como  nos  curamos
de  forma  tan  natural,
la  tristeza   que  heredamos
de  nuestra  raza   ancestral.


Para  la   mujer   canaria
sobra  la   psiquiatría,
porque  heredó  de  su  raza,
la  fuerza  y  la   valentía.


Es   un  tesoro  adquirido
 a  través   de  nuestra  historia
por  este   pueblo  sufrido
que  sabe   buscar  la  gloria.
Mari Carmen Martín
      2004


sábado, 16 de marzo de 2013

SOY MAYOR


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SOY MAYOR
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Sí, soy mayor porque he vivido,
porque he colgado ya el cartel
de la indiferencia en mi cuello,
porque he liquidado cuentas
con mi pasado.
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Sí, soy mayor y pienso, camino
y hablo más despacio,
sin atropellos, sin dar zancadas de espanto.
Nada es nuevo para mi.
Y me siento bien así.
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Sí, soy mayor y he perdido juventud
pero he ganado en aplomo y voluntad.
Me codeo con la virtud.
Soy paciente e indulgente.
No actúo con acritud a los me miran
con condescendencia
y se compadecen de mi.
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¿Qué saben ellos lo que me ha dejado el tiempo?
Sí, soy mayor y acepto que llevo puestos
códigos de barras y fechas de vencimiento.
Pero me iré tranquila, con la sonrisa de media luna
en los labios, una gran estrella en la frente
y las manos llenas de caricias recibidas.
Detrás de mi quedarán mis huellas de agradecimiento.
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Sí, soy mayor y es natural porque he vivido
porque he dado y recibido,
he amado y me han querido.
Lo malo no lo recuerdo.
¡Ya se lo ha llevado el viento!
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Sí, soy mayor, … ¡¡Claro que soy mayor!!
Pero he vivido intensamente.
Y de eso, de eso no me arrepiento.
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Mari Carmen Martín – 2013
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